Amours décomposés

Amours décomposés

La muestra se presenta como un recorrido entre varios conceptos en los que se
basa estéticamente. La primera parte del recorrido pertenecería a la influencia de Baudelaire, sacando
de Las flores del mal esa idea de la poesía romántica y el simbolismo decadente que se puede ver a lo
largo de la serie, que a su vez sirve con nexo de unión con la idea de vanidad, la arrogancia que exhibe
la naturaleza de la belleza efímera y de su caducidad en el mundo. Asimismo, podemos ver cierta
alegoría hacia la muerte y el sueño, tratándose de una serie en blanco y negro nos dejamos llevar por la
oscuridad, para encarnar a ese hombre perverso que describía Baudelaire, poseedor del cuerpo como
herramienta para los vicios, y formamos parte de ese sueño oscuramente romántico que no logramos
enfocar.
Las obras invitan al espectador a silenciar sus ruidos e interiorizar un viaje más profundo, transformando
la mirada exterior en una nueva hacia uno mismo. En este viaje tanto la luz como las penumbras de
las imágenes serán ejemplo de lo que cada uno trae consigo. Este juego con la luz es un elemento
fundamental en su obra, ya que busca cierta belleza inquietante en la representación de algo lleno de
vida que pasa a estar muerto. Vanidad, decadencia, ensoñación y cierta mirada interior son parte del
mensaje que muestra esta serie.

«Alors, ô ma beauté ! dites à la vermine
Qui vous mangera de baisers,
Que j’ai gardé la forme et l’essence divine
De mes amours décomposés !»

Baudelaire